Nuestra espiritualidad
Ser Pasionistas
San Pablo de la Cruz
(1694-1775), fundador de la Congregación de la Santísima Cruz y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo sostenía que “la Pasión de Jesús es la obra más maravillosa del amor de Dios”. Con él comienza el camino del carisma pasionista, para ser vivido y transformar al mundo.
Pasionistas
Madre María José o Elizabeth Prout
(1820-1850) nació en Manchester, vivió en tiempos de la revolución industrial y fue testigo de las desigualdades de aquel momento.
Inspirada en San Pablo de la Cruz, puso en marcha los fundamentos de la Congregación de las Hermanas de la Santa Cruz y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, congregación misionera internacional, dedicada a mantener viva la memoria de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús “aún hasta los confines del mundo”.
Madre María José dedicó por completo su vida al servicio de los pobres brindando la herramienta de la educación, como maestra y fundadora de distintas escuelas.
El Carisma, la fuerza de nuestra espiritualidad, es la Memoria Passionis:
Ser y hacer memoria de la Pasión de Jesús para celebrar la Pascua en la Pasión del mundo.
Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) hacen a nuestro estilo de vida.
JPIC
Debemos responder y trabajar por el cuidado del Planeta y trabajar en pos de un mundo más justo donde se defiendan y respeten los derechos de toda la comunidad de vida.
El carisma inspira este modelo de EDUCACIÓN
La educación pasionista busca inspirar para transformar, desarrollando el vínculo con Dios y uno mismo, relacionándose con los demás y con la Tierra. Educamos para la libertad y el sentido de vida, desarrollando para esto el pensamiento crítico y creativo.
Nuestro fin es la formación de ciudadanos responsables, que puedan desplegar todo su potencial, talentos y competencias, con una mirada global y con pasión por la vida, la justicia, la paz y la creación, liderando mejoras en la sociedad.
El educador debe ser competente, calificado y rico en humanidad, capaz de estar entre los estudiantes para promover su crecimiento humano y espiritual. Debe aunar calidad de enseñanza, capacidad de atención y cuidado amoroso de las personas.
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